Superado ya el disgusto de
la eliminación del Valencia, ante un
histórico Raúl y su Schalke 04, aún sigo sorprendido con la defensa que ha hecho
Iker Casillas de su "amigo" Van Persie, tras lo del martes en el Camp Nou, un tipo, el holandés, peleado con el mundo y más aún con los españoles desde
la final España - Holanda del Mundial.
Que Iker no quiera que el Barça siga en la Champions con la excusa de que es un rival muy peligroso lo entiendo, pero que se queje de
la segunda amarilla a Van Persie en el Barcelona - Arsenal, me parece surrealista.
Ojalá no se dé una jugada similar en el
Real Madrid - Olympique Lyonnais, del miércoles que viene, o más de uno no va a tener dónde meterse, y el guardameta blanco se ha metido donde no le hacía falta, porque tarde o temprano se va a ver con esa jugada enfrente y precisamente él,
va a ser el primero en reclamar la tarjeta. Tiempo al tiempo.
