Anoche el Barcelona arrasó al Arsenal, 3-1, y si no ganó por más fue por el empate en propia meta de Busquets, que le dió emoción al encuentro hasta que se autoexpulsó Van Persie por tirar el balón fuera y perder tiempo, con 1-1, cuando ya tenía una amarilla. Esa acción le sirvió a su entrenador para decir que el arbitro suizo Massimo Busacca había matado el partido, a lo que Pep Guardiola, replicó, con razón, que los ingleses no habían dado tres pases seguidos.
Mención especial merece Leo Messi, el gol con el que se abrió el marcador fue una obra de arte, una maravilla sólo al alcance de genios como Maradona, o Messi, que lleva camino de convertirse en el mejor jugador de la Historia. Tiempo al tiempo.
