A la mínima el entrenador del F.C. Barcelona, Gerardo Martino, iba a descubrir lo que son las críticas de verdad. Hasta ahora había disfrutado con la prensa, y de la prensa, en un papel de víctima que le permitía atacar sin piedad, justo lo que no hace su equipo en los partidos.Le ha sobrado lo de llamar barra brava a un periodista, hablar del contrato de Bale cuando él cobra cinco millones de euros, que si no es ni catalán ni holandés. Son sólo tres ejemplos de guerras absurdas en las que se ha metido sin motivo alguno cuando todo iba bien.
Pese a llegar a final de año protegido por los resultados, un equipo de niños, curiosamente de Holanda, el Ajax, 22 años de media, ha confirmado que el Tata ha acabado con el estilo de toque del Barça. El estilo "holandés" que ha llenado de fútbol y títulos las vitrinas del Camp Nou.
Y no sirven de excusa las lesiones de Valdés y Messi, al que todos veíamos mal menos Martino, que se reía con aquello de que "cuando lo vean bien será estratosférico". Tiene mucho que aprender el argentino de su colega Carlo Ancelotti, quien ya se ha llevado lo suyo, pero ha sabido rectificar y ahí está su Real Madrid que cada vez juega mejor.
