Esta semana ha sido
la peor de José Mourinho en el Real Madrid, en la que peor ha estado, sobre todo en las dos ruedas de prensa que ha dado. Justo cuando venía de ganar la Copa del Rey
el portugués se equivocó al picar innecesariamente a Pep Guardiola y por extensión a los jugadores barcelonistas, que pasaron
de llegar hundidos a Madrid a salir al Bernabéu dispuestos a sentenciar el pase a la Final de la Champions.
Desde mi punto de vista
ahí Mourinho empezó a perder el partido de ida, que pese al
0-2, no significa que los azulgrana ya estén en la final.
Guardiola aprovechó su desliz. El entrenador blanco le puso la muleta y
Pep embistió, sacó su peor cara con lo del puto amo, pero logró motivar a los suyos, y a todo el barcelonismo, en la víspera del partido más importante de la temporada.

Otro detalle importante para Pep era dejar claro que
conocía muy bien a Mou, de su etapa en el Barça. Algo así como que
tú eres muy listo, pero yo no soy tonto, como dicen los de Media Markt, y el mensaje también llegó a su destino.
Luego a la hora de la verdad
el 0-0 que parecía valerle a ambos se convirtió en un fácil triunfo del Barcelona tras
la expulsión de Pepe y la aparición del
mejor jugador del mundo, Leo Messi.