
Algunos lo pronósticamos nada más llegar
José Mourinho al Real Madrid, lo suyo no podía acabar bien. No casaba el señorío y la grandeza del Madrid con un entrenador como el portugués. Ahora, ya con todos subidos al carro anti-Mou, las riendas las ha tenido que coger el presidente blanco,
Florentino Pérez, para anunciar su marcha.
Se va Mourinho, lo echan, se echa el solo, un poco de todo y un mucho de fracaso, como él mismo reconoció tras perder la
Copa del Rey ante el
Atlético. Atrás deja el peor palmarés en toda la historia de un técnico del
Real Madrid en tres años, sólo una
Liga, una
Copa y bueno, una
Supercopa de España; en el mismo periodo el
Barcelona ha ganado ocho títulos, entre ellos la
Champions, dos Ligas y la Copa. Lo ficharon para acabar con el
Barça y casi acaba con el Madrid.

De todas formas, como en la canción de
Kiko Veneno, habrá quien lo echará de menos... aunque la mayoría lo ha echado de más. Sus tropelías son decenas y en su "top" están el dedo en el ojo de
Tito Vilanova, dejar al equipo con nueve tras obligar a que Ramos y Alonso vieran la roja en la
Liga de Campeones en Amsterdam, el caso
Iker Casillas y lo último, no subir a recoger la medalla de subcampeón, de manos del
Rey, tras su autoexpulsión en la
Final de Copa.
En resumen, con el adiós de Mourinho se acaba la etapa más negra de un entrenador blanco. Sí, así gana el
Madrid.