
A Zidane le ha llegado demasiado pronto el Madrid, no estaba hecho aún como técnico, pero su plantilla lo ha llevado a lo más alto, a ser de los más laureados en los casi 116 años de vida de la casa blanca. Pero como Luis Enrique en los malos momentos no ha estado a la altura. Incluso Zinedine cometió la semana pasada el error de culpar a la prensa del mal momento de su equipo, le faltó la autocritica necesaria para crecer; un día de furia como el de Michael Douglas, a imagen y semejanza de Luis Enrique, con la diferencia de que a éste le sucedía a diario.
La falta de preparación de Zidane además se ha multiplicado al estallar de repente, con la tripa de sus jugadores llena de títulos, con Cristiano Ronaldo en decadencia y tras una Supercopa de España espectacular, de la que Zinedine no sacó ninguna conclusión y todas Ernesto Valverde y sus hambrientos futbolistas.
El extremeño sí que es un entrenador y lo es ahora, después de haber adquirido con los años la experiencia que requiere un grande. En Anoeta lo ha demostrado, allí Luis Enrique fracasaba año año tras año, incapaz en general de remontar un partido y aún menos en San Sebastián, justo que lo que sí ha sabido hacer Valverde que convirtió el 2-0 de la Real Sociedad en un 2-4.
