
Lo comenté en
Twitter hace dos años y me cayeron críticas por todos los lados. Ni
Zinedine Zidane ni
Luis Enrique Martínez son entrenadores para Madrid y Barça. La diferencia es que el francés quiere serlo y quizá lo consiga, mientras el asturiano pasa de intentarlo. Ambos con sus títulos han hecho historia en el
Real Madrid y el
Barcelona, pero los dos han quedado desnudos en cuanto el juego de sus estrellas no ha brillado.
A Zidane le ha llegado demasiado pronto el
Madrid, no estaba hecho aún como técnico, pero su plantilla lo ha llevado a lo más alto, a ser de los más laureados en los casi 116 años de vida de la casa blanca. Pero como Luis Enrique en los malos momentos no ha estado a la altura. Incluso
Zinedine cometió la semana pasada el error de culpar a la prensa del mal momento de su equipo, le faltó la autocritica necesaria para crecer; un día de furia como el de
Michael Douglas, a imagen y semejanza de Luis Enrique, con la diferencia de que a éste le sucedía a diario.
La falta de preparación de Zidane además se ha multiplicado al estallar de repente, con la tripa de sus jugadores llena de títulos, con
Cristiano Ronaldo en decadencia y tras una Supercopa de España espectacular, de la que Zinedine no sacó ninguna conclusión y todas
Ernesto Valverde y sus hambrientos futbolistas.
El extremeño sí que es un entrenador y lo es ahora, después de haber adquirido con los años la experiencia que requiere un grande. En
Anoeta lo ha demostrado, allí Luis Enrique fracasaba año año tras año, incapaz en general de remontar un partido y aún menos en
San Sebastián, justo que lo que sí ha sabido hacer
Valverde que convirtió el 2-0 de la
Real Sociedad en un 2-4.

El actual técnico del
Barça forma junto a
Simeone y
Marcelino la terna de verdaderos entrenadores de
La Liga. Dicho esto, insisto,
Zidane aún no lo es, pero está en camino de ser un buen técnico, la universidad en la que estudia es la mejor del mundo, buenos libros tiene y las prácticas que le faltaban son las de esta temporada. Tiempo al tiempo.