Sin Neymar, sin Dembélé hasta 2018, con Suárez fuera de forma, con el Madrid, pese a su mal inicio, en busca del primer triplete de su historia. ¿Hay algo más que Messi para confiar en el Barcelona? No mucho, pero la vuelta de Iniesta a su mejor forma y el adiós de Luis Enrique han catapultado a este Barça que, con Ernesto Valverde en el banquillo, parece el de Guardiola o Vilanova. El extremeño no juega como Pep o Tito, pero ha sido capaz de hacer un equipo con menos mimbres que el asturiano.
Sí, porque al Barça y a Messi le iba a quitar la vida la marcha de Neymar, y nada de eso, lo ha impedido su compatriota Paulinho, un centrocampista caro ayer, 40 millones, barato hoy, tras sus goles en Getafe y contra el Eibar. Por él ha apostado Valverde, Luis Enrique lo hizo por André Gomes... otra diferencia.
La realidad es que esto no ha hecho más que empezar, pero con Leo Messi todo es posible, todo. Tiempo al tiempo.
